martes, febrero 27, 2007

De orquídeas y poesía: David Robinson


Estimados Lectores:

Nos acompaña en la edición de hoy todo un personaje del mundo literario panameño. Biólogo (botánico), profesor, actor, amigo y escritor, David Robinson es tan simpático como su obra, que bien puede ir de lo picante a lo sensible, tan fácil y rápido como pasar una página.

A pesar del afamado mal genio, David cultiva experiencias. Y orquídeas, a las que mima y atiende con celo y afán. Le gusta el vino y la conversación tanto como un buen argumento. Habla claro, a veces demasiado. Y esa claridad brutal (sensible) está plasmada en sus cuentos; cuentos cuya sensibilidad no se empaña por su humor cambiante.

Lo prefiero como poeta. En la compilación poética “Construyamos un puente” (preparada por Salvador Medina Barahona y Enrique Jaramillo Levi, Colección Testimonios Nacionales, UTP 2003) encontramos una breve y significativa muestra del alcance de sus temas y de su manejo casi humilde de la imagen poética, tan que pareciera querer ocultar la fortaleza, la innegable certeza con la que Robinson experimenta su paso por la tierra.

En Robinson encontramos al hombre común viviendo en la carne, a plenitud. De su voz escucharemos su obra, vivencias y algo más.

Bienvenidos a esta nueva edición de la hoja.

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David Classen Robinson Orobio nació el 9 de noviembre de 1960 en la Ciudad Panamá. Es Licenciado en Biología con especialización en Botánica, además de Profesor en Educación Media con especialización en Biología. Como promotor cultural, fue miembro fundador del Colectivo UMBRAL y de otras organizaciones literarias. Practicó danza moderna e hizo teatro universitario. Participa en recitales u otras actividades donde haya dos o tres dispuestos a vivir la literatura.

Como persona, considera la libertad de conciencia como eje esencial de la vida individual, y la solidaridad como fundamento del universo social. Por eso, docencia y literatura son las dos caras de la misma moneda. Practicó Karate y Tai Chi. Ahora practica la pereza. Fue dirigente del Departamento de Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Panamá. Ya no asiste a misa. Sufre de vértigo.

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POESÍA
Ese inmenso vacío


Jamás vi
nada tan llano
sin colinas
ni hondonadas,
sin siquiera matorrales,
sin recodos
que doblar,
ni agujeros
donde esconderse.

Nunca vi
algo tan simple
como una hoja
en blanco.

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CUENTO

DESOLACIÓN

A Leticia


La Muerte recorría el planeta admirando su obra y poder, sin embargo le sobresaltó el hecho de siempre hallar Vida a su paso. Por eso decidió buscar un lugar donde sólo ella reinase. Buscó por glaciares, mares, desiertos y montañas. Intentaba destruir todo ser pero luego se convencía de no tener suficiente fuerza. Prosiguió hasta que al fin encontró esa oquedad que tanto anhelaba: un sitio donde la brisa contemplaba sus muñecas sangrantes por el filo de los grilletes y el frío curtía la piel del sol. Ese agreste lugar fue tan estéril que la Muerte impresionada cayó en cuenta que en medio de aquella sublime desolación, ella estaba viva…

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Poesía

(extraído de "La Canción Atrevida")


Bienaventuradas
Las pobres de escrúpulos
Porque ellas regresaran al cielo

Bienaventuradas
Las que aspiran el cálido aliento
Porque ellas cumplirán sus anhelos

Bienaventuradas
Las favoritas de la piel
Porque ellas verán la cara del placer

Bienaventuradas
Las que viven para las caricias
Porque ellas se atreverán a vivir

Bienaventuradas
Las que no disfrazan el deseo
Porque a ellas no les temblará la mirada

Bienaventuradas
Las cazadoras de jaguares
Porque ellas no tendrán frío esta noche
Bienaventuradas
Felices
Dichosas
Las que tienen las cimas
Los senos
Las simas
A punto de estallar
Porque ellas
Ya están en el cielo


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CUENTO


SER FELIZ MUY SENCILLO


Ni Comagre ni Urracá pudieron imaginarse que de su sangre rebelde saldría una mujer de temple como Maritza: maestra de campo, con la noche por cabello, mirada de estrellas y mejillas de luna. Una mujer de oculto dulce carácter. Allá en las Recónditas profundidades de su alma; muy, pero muy en el fondo, latía un tierno corazón al que había que saber llegar. Recuerdo que las primeras veces con ella comencé a sospechar que yo era invisible, pues, a pesar de mi saludo, pasaba "estirada" a mi lado, sin determinarme siquiera. En realidad sí respondía el saludo, pero fríamente. ello fue así hasta que decidí romper el hielo de forma directa. Como la mujer es mujer, le dije con un inspirado piropo lo guapa que se veía. No mentí ni exageré, pero desde entonces entré en la corta lista de sus amistades.


No vayan a formarse una idea equivocada. Maritza no era engreída o cosa parecida, lo aparentaba, pero no lo era. Ella simplemente vivía, respiraba y caminaba vestida con una ruidosa coraza metálica. Así es, Maritza, sin ser un caballero medieval, andaba con una armadura hecha con el más duro de los metales: la desconfianza. Desconfianza en el género humano y, desconfianza en ella misma. Desconfianza provocada por el temor a ser herida, a volver a sentir dolor. Por eso hacía ver que era dura y por eso la apodé "la ruda".


La ruda y su ruidosa armadura metálica, andaban por allí sin sentir ningún dolor y sin sentir ninguna caricia de alguna mao amiga. Aislada de toda aflicción y placer. Cuando le preguntaba por qué era así, sólo me contestaba:
-La vida me ha hecho así.


Un buen día se enteró de que a sus espaldas la apodaba "la ruda". Honestamente, temí por mi vida; creí que se desataría un tifón de fuego, un ciclón radioactivo, un...un... Pero nada de lo esperado ocurrió; Maritza, sencillamente se sonrió, sí, sonrió. Casi nadie se percató de su sonrisa, pues la armadura escondía su cara, pero fui testigo de que alegremente sonrió. ¡Maritza era capaz de sonreír como cualquier otro ser humano!
Este hecho quedó aleteando dentro de mi cabeza, primero con alas de pichón y, finalmente, con alas de águila. Un día, conversando con Maritza, para despedirme le dije:


-¿Sabes que eres una de las amigas que más quiero?
-¿Yo? ¿Por qué yo?-me interpeló anonadada por la sorpresa.
-Porque sí-le respondí atrevidamente sereno.


Maritza abrió los ojos dejando escapar una mirada de estrellas, mientras la noche de su cabello se escurría por su cuello. Fue entonces cuando sus mejillas de luna se iluminaron con una sonrisa, y en ese momento fui yo sorprendido, pues escuché cómo caían para siempre los pedazos de la armadura.



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Jueves 8, 15, 22 y 29 de marzo
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Hoy martes, 27 de febrero
Editorial 9 Signos invita a la presentación de los libros

"Blackjack", antología de cuentos de Ernesto Endara y

"Los truenos de la aurora", novela de Rafael Pernett y Morales.

7:00 de la noche

Galería Manuel E. Amador / Universidad de Panamá (junto a Facultad de Derecho)
La entrada es gratuita y podrás conocer a los autores de las obras.

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CAFÉ LITERARIO

ASOC. DE ESCRITORES DE PANAMA

5 de marzo: La historia de Panamá a través de las Novelas. Participan ARIEL BARRÍA ALVARADO y MARIO GARCÍA HUDSON. 7 P.M. Librería Exedra

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Premio Nacional de Cuento “José María Sánchez” 2007

La Universidad Tecnológica de Panamá anuncia que el Premio Nacional de Cuento "José María Sánchez" 2007 cierra este año el 30 de marzo. El Fallo se dará durante el mes de abril de 2007. El premio consiste en 500.00 Balboas y la publicación de la obra ganadora. Para participar, se requiere presentar un mínimo de tres cuentos (no hay máximo), en un total de 35 a 40 páginas a doble espacio. Más información: Departamento de Difusión Cultural de la UTP, Tel. 560-3627.

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Grupo Editorial Norma convoca: Premio Hispanoamericano de Novela "La otra orilla" 2007.

El Grupo Editorial Norma y Proartes convocan al Premio Hispanoamericano de Novela "La otra orilla" 2007.

El autor de la obra ganadora recibirá un premio de treinta mil dólares y su obra será publicada bajo el sello del Grupo Editorial Norma en América Latina y bajo el de su filial en españa, Editorial Belacqva.

Las bases del concurso en
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MÁS CONCURSOS

La Fundación Signos convoca al Premio Signos de Teatro Infantil “Tilsia Perigault” 2006 y al Premio Signos de Poesía “Stella Sierra” 2006. Los premios consisten en B/.1,000.00, diploma de honor al mérito, un paquete de libros y la publicación de la obra ganadora, además de la escenificación de la obra de teatro. Además, se otorgarán hasta dos Menciones Honoríficas. La Fundación Signos recibirá los libros, que se deberán presentar de acuerdo a las bases, hasta el jueves 31 de mayo de 2007. Bases del concurso en

www.escritorespanama.com


















posted by Poems from the Tropics @ 12:24 p. m. 5 comments

martes, febrero 06, 2007

Laberinto poético: Javier Romero en la hoja.


Estimados Lectores:

Luego de un fin de semana muy peculiar, inicio el programa con un invitado cuya sola visita mejora la perspectiva de la semana que se desenrolla como serpentina ante mis ojos. No se puede controlar una serpentina. Una vez que la primera espiral de papel se dispara del rollo, siguen las demás, no hay quien la pare. Se resigna uno a verle los ricitos despeinados en el suelo, como una musa abandonada.

Hablando de musas, la mía se fue a pasear sin mí el fin de semana pasado y yo en dirección opuesta, rumbo al Perote de las Musas, en la comunidad de Sto. Domingo de las Tablas. Mis experiencias son dignas de cuento y quiero que las tomen como tal. Y Dios... qué cuento.

El que está muy bien con las musas es Javier Romero Hernández, el joven poeta panameño que nos acompaña, a quien considero una llama de esperanza en el altar de las letras de mi tierra. Esperanza, porque hay talento en nuestros jóvenes, y más aún deseos de trabajar (entiéndase: partirse el lomo sin esperar nada a cambio...si recibes algo a cambio ¡eso es empleo!). Javier siembra. Javier cosecha.

Me gusta su trabajo porque tiene garra, maña, ritmo y color. Su poesía, galardonada desde sus inicios como escritor, le hicieron merecedor de la publicación de su primer libro “Meditación en un laberinto y otros extravíos” (Colección Anclajes, Editorial 9 Signos), un poemario que recopila los versos con los que ganó mención honorífica en el concurso Gustavo Batista Cedeño 2006, y cuyo lanzamiento tuvo lugar el pasado 30 de Enero. Los poemas de Javier han sido publicados en revistas literarias internaciones, como Catedrales de Hormigas (Cuba), Letralia (Venezuela) y éste es solo el inicio de su carrera. Como tarea, les dejo la compra y lectura de Meditación en un Laberinto, que ya está a la venta en librerías y farmacias, para que disfruten de un trabajo profundo, fresco (se puede ser ambas cosas a la vez), como compasivo y fiero. Esa es nuestra juventud y así el poeta ha sabido capturarla para nosotros.

Espero la serpentina de la vida se desenrolle en colores para todos Uds. Acá les va la hoja.
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El Fruto

Escrito en casa de mi entrañable amigo, Joe Murillo.

Porque siempre colgará tu sombra
como un fruto oscuro,
que tal vez quisiera transformarse en ave
y no caer
como un latido de hojarasca hacia la nada:
Entonces será inútil derribar el árbol,
plantar otras semillas que no tiemblen,
clausurar la puerta para siempre
y ocultarnos de la cuerda
que no pudo contener tu ausencia;
de tu lengua donde crecen astros invernales
y de aquellos dioses
que vivieron sus tristezas en nosotros.
Por eso treparé a tu árbol cuando llueva,
y llevaré un paraguas,
y te daré un capote,
y en los mediodías un vaso con agua calmará tu miedo,
y aflojaré tu cuerda un poco para que me hables,
para que me cuentes de la hormiga
que confunde su guarida con tu pecho,
del perro de vigilia que aún te busca en caminatas nocturnas,
en territorios baldíos
donde todo sufre tu gravitación caliente,
donde a veces sentimos surgir
como el pálpito secreto de aquello que nos fue negado,
el pequeño cadáver de una lata
o la ocre aflicción de un trapo
disputando su quietud a la maleza.
Y yo te diré que estoy aquí,
contigo conmigo,
escuchando el precipicio de tu voz en mi desvelo,
el murmullo de mis venas y las otras
como sonámbulas raíces extraviadas en mi mismo.
Y yo te diré que estoy allí,
sin ti,
que en mi sólo queda este coágulo nocturno,
un vértigo de sangre adormilada,
una náusea de diurnas latitudes,
porque siento un verde hostilizado,
siento ramas que se quiebran en mi frente
y una muerte suspendida de mi cuello me despierta;
porque siento aquellas hojas que se cimbran en tu cuerpo
como heridos labios que vacilan en un beso.
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A Violeta

Y encontrarte siempre entre las mismas cosas
que despiertan empapadas de los restos de tu sombra.
Encontrarte entre mis poemas,
encontrarte viviendo bajo otro techo,
usando unos zapatos donde nunca más entrará la lluvia,
enfrentándote en tu forma más humana a la soledad.

Cierto, Violeta,
el mar es todo
un ser de nostalgia y de llanto contenido,
un hombre herido donde se resume la esperanza,
porque yo miro el mar
y pienso que tal vez tú también lo miras
durante aquellas horas en que pájaros y árboles se encuentran;
y pienso que también nosotros lograremos encontrarnos, allí,
en esa dispersión de espuma
y reverberaciones paralelas,
donde se congrega el tiempo y los latidos
de todos aquellos seres que quisimos amar.
4 de abril de 2005.
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Nació el 2 de septiembre de 1983 en la ciudad de Chorrera. En el 2002, obtuvo el premio Demetrio Herrera Sevillano, convocado por la Universidad de Panama, con su poemario Delirios de la Sangre. En el año 2004, obtiene mención de honor en el Premio Nacional de Poesía Joven Gustavo Batista Cedeño, con la obra "Poemas para encontrar a un ser humano". En 2006, vuelve a recibir mención en el mismo certamen, con el poemario "Meditación en un laberinto". A Javier le gusta la música de Fito Páez, Gustavo Cerati, Moenia y, por supuesto, Pablo Milanés.

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Lili Mendoza

Cuento

Me perdí tres veces. Llegué tarde. Dejé las llaves dentro del auto. No tenía llave de repuesto, tampoco encontré un cerrajero. Luché con la testosterona de medio pueblo, que lanzaba opciones descabelladas mientras yo intentaba una maniobra Maguiver con un gancho de ropa. Lo descabellado, luego de una hora de forcejeo, me sonó hermoso: romperíamos uno de los vidrios con el mazo que un gentil espectador blandía como bate grandes ligas. El gasto, Dios mío ¡el gasto! Dije a la multitud – Lo romperé yo-. No pude. Mierda. Al coño con esto. Lo rompió el dueño del mazo. Mientras tanto, mi flaco, que es extranjero, miraba todo como si fuera un sueño. Me perdí el recital poético en el parque. Quisimos ir a comer, porque ya nada más quedaba y en eso me perdí. Nuevamente. Otra hora y encontré el hotel. Mientras esperaba la llave que abriría el descanso, un extraño tomó la guitarra del flaco para darme serenatas mientras el dueño de la guitarra (el flaco) observaba, atónito, cómo el mundo se desenvolvía en tecno-color-surreal(1). Saliendo del hotel, rumbo a la fonda, me pasé un alto que jamás vi. Choqué con un taxi. Quise pagar al conductor por los daños, pero no aceptó. Vino la policía. Pasaron horas. Quise apurar al policía y éste me dijo cómo no señora, rapidito la llevo a la chota. Desistí. Me acosté en el asiento reclinado de mi triste carro y apreté la manota del amado. Le dije – Flaco, camíname a casa.-

(1) En el mundo de la música, tocar la guitarra ajena es como tocarle la mujer al músico. Tocarle guitarra a la mujer del músico, con su propia guitarra...eso es pecado mortal.


De cómo las musas me dejaron varada en Santo Domingo un Maldito Sábado por la noche.

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Escucha el programa en vivo, esta noche a las 7:00 p.m. en los 88.1 FM de RADIO 10

www.radio10panama.com


posted by Poems from the Tropics @ 10:02 a. m. 8 comments