martes, septiembre 26, 2006

la hoja. en la calle

Estimados lectores:

Hoy inicia el 1er Encuentro Nacional de Escritores, Críticos y Lectores. La inauguración tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad de Panamá, a las 6:30 p.m. El acto contará con la presencia del Dr. Gustavo García de Paredes, Rector de la Universidad, y se presentará una conferencia magistral del Prof. Enrique Jaramillo Levy. Esperamos puedan acompañarnos hoy, y el resto de la semana, en las muchas e interesantes actividades que la Asociación de Escritores de Panamá ha planeado para este encuentro. Por su parte, la hoja. les traerá, diariamente, un resumen de las actividades del Encuentro. Algo así como paseo virtual y tertulia vespertina para todos Ustedes.

Que bueno esto de escribir/leer. No he podido dejar de notar, en el último año, el auge de actividades literarias en la ciudad, en nuestra biblioteca, librerías, casas de cultura. Una muestra de ello es el colectivo Urbano: hasta la zapatilla, presentado en La Casona (Barrio de San Felipe), por un grupo de jóvenes artistas plásticos con propuestas de vanguardia y protesta. Las obras son entregadas al público de forma irreverente (algunas), sutiles otras, haciendo uso de técnicas inusuales, mixtas. En lo que solo puedo describir como visceral (tripas = corazón y estómago), estos jóvenes artistas ponen punto a la i: cotidiano, triste, medio-ambiente, imagen, emoción. Colado en el conjunto de artistas plásticos encontré a Ramón Barreiro, escritor panameño. Su instalación "Construye tu poema" conjuga la literatura y la plástica. Ramón nos habla sobre su proyecto en la edición de hoy. También nos acompañan la respetada y querida escritora Yolanda Hackshaw, con su hermosa voz, y Edilberto González Trejos.




Del libro “De mar a mar”
de Yolanda Hackshaw M.
"Y yo que creí que todo el amor era mío"...
Banderolas de espumas de indiferencias
que flamean,
que queman,
que arden,
que duelen...
Un día pensé que todo el amor era mío:
Me equivoqué.
Su sonrisa
no era sonrisa,
era una dentellada en pleno rostro.
Sus manos, que creí bandas seguras
sólo eran hilos podridos.
Su corazón que lo soñaba mío,
sólo fue una extensa llanura de desolación,
hangar abandonado donde la nave de mi dolor estalló...
Mar sin mar.
Nube sin nube.
Negación de la negación.
Dolor de mi dolor...
"Y yo que creí que todo el amor era mío"...

Construye tu Poema
por Ramón Barreiro

¿Un poema es algo más que rimas y formas? Creo que sí, porque veo el poema como la impresión que deja la realidad en el individuo; algo que se construye con el lenguaje como una copia imperfecta de un momento, de tal intensidad estética, que fascina como un punto y aparte, que define la propia humanidad.

La cualidad simbólica del lenguaje no sólo es significativa para apresar la realidad que rodea a todo ser humano, es también para hacerla propia en un intento de replicar la subjetividad. Por ello, el poema es ante todo accesible, porque es una experiencia, y todos los individuos tenemos experiencias. Todos vivimos poemas, limitados únicamente por nuestra capacidad para replicarlos, pero sí podemos y ciertamente transmitimos el poema con sólo reordenar el lenguaje con absoluta y subjetiva arbitrariedad.

Los dadaístas quisieron hacer poemas al azar y, en ese intento, introdujeron a la literatura el recorte. Hago mío el recorte, mas no me abandono al azar para la disposición de mis palabras, porque es coartar la voluntad creadora del individuo; tampoco recorto palabras, no busco la originalidad de mis participantes, busco un punto en común, la empatía que producen mis versos y cómo ellos se reordenan en consecuencia, como réplica de un momento de intensidad estética.

Construye tu Poema es un juego y un abandono. Ustedes no abandonan nada, sólo juegan.


Para Uds. dos muestras de abandono:

La noche pira
Ramón Barreiro

Ya el reflejo neón baila las esquinas,
¿Nos ofrecemos a la calle, querida?
Darse al caliente sacrificio
extraño a celebraciones
¿Quién escucha la súplica?
A un Dios cualquiera
damos tiempo y células muertas
arrastradas de calle de vaho alcohólico
de cuerpos ya dados a tu hambre
Cuerpos corrompidos de culpas
pequeñas muertes pasadas
uno a uno siempre arrepentidos
uno a uno los corderos
quemados en el neón en las esquinas…
quizás no sea un sacrificio,
ni corderos, ni súplicas al vacío
pero la lucha persiste
cuerpo en cuerpo, siempre perecedera
e inútil.


Poema de amor
Ramón Barreiro

Burbuja de jabón,
suspiro en una esfera,
brillas henchida su reflejo
y bailas el camino espumoso
así como un gesto, una dejadez
al final de tus labios,
un beso de mi piel.

Pagano divino
de
Edilberto González Trejos

Ventana pagana,
Cortina divina.
¿Cuál es la diferencia
cuando ves la esencia
de todo el paisaje
a modo de encaje?
Descorres lo externo
para ver lo eterno,
la pared se cae,
la ventana se rae;
la cortina la guardas
cual barda divina
para la expansión
del dominio
del designio
de toda perfección.

martes, septiembre 19, 2006

Homenaje al escritor Juan A. Mendoza Saavedra

Juan A. Mendoza Saavedra nació en la Ciudad de Panamá el 28 de Octubre de 1929. Fue médico pedíatra, traductor, ávido lector, amante de la música clásica, y sobre todo escritor. Entre otros logros, fue mi padre. Y sabe Dios que eso es todo un reto para un alma generosa y sensible, como la suya. En 1952 se le otorgó Mención Honorífica en el Concurso Ricardo Miró, a su poemario “El Corazón Marinero,” obra que jamás fue publicada. En homenaje, mi madre Cira, centró su tesis de Licenciatura en Humanidades de la Universidad de Panamá en el poemario. Otras obras de Juan A. Mendoza “ Poemario” 1949-1951, “Respuesta del Alma al Sueño” 1949, “Poemario II” 1949-1951, “El corazón marinero“ 1952, “Poemario III” 1952-1961, “Poemario IV” 1956-1961, y “Poemario V” 1962-1966, "Poemario VI" 1976-1986, "Poemario VII", 1976-1986, “Cantos para otoño llegado” 1994-1995, y “De profundis” 1992-1996.


Cuando niñas, a mi hermana y a mí nos inventaba cuentos: “Elefantito verde” (cuentos infantiles) 1972-1973, “La cometa” (cuentos infantiles) 1975-1976.

Mi padre falleció el 20 de Septiembre de 2005 y, dos años antes de su muerte, dejó este poema para mi madre. Papá era un hombre de palabra. Sé, dónde esté, que esta dulce promesa hoy la cumple para Cira.



CUANDO

Juan Antonio Mendoza Saavedra


Cuando la luna se abra paso
por entre las cortinas de las nubes
y tímida se acerque a tu ventana
y toque con sus dedos impalpables
el alféizar o el vidrio,
ábrele, amada.

Seré yo que retorno cada noche lunada
a decir que te amo aunque haya muerto.

Y si la lluvia cae milagrosa
con gotas gruesas, cantadoras, firmes
en tu tejado,
seré yo que te traigo serenatas
desde el umbral que el cuerpo no atraviesa.


Recibe las gloriosas clarinadas
de los rayos del sol sobre los montes,
guárdalos en tus ojos, tras los párpados,
atesora su oro y su alegría,
que soy yo quien visita tu retina
con el permiso de Otro.

No me pienses inerme ni alejado.
Presente estaré en todo cuanto veas,
cuanto toques o bebas o acaricies:
la eternidad es mía para amarte
y esperarte sereno y ya sin prisas
tras las persianas de una ausencia breve.

No dudes que te amo,
que aún te siga amando
y visitando en pájaros canoros,
músicas celestiales o sopranos pulidas.


En todo cuanto admires por hermoso
te estaré visitando.

No has de tardarte, amada. Nada temas.
Que te aguardan mis brazos ansiosos de entregarte
este amor – cieno y fuego sacrosantos-
que también es del cielo.

Jun. 2003 – 13 IX-03








lunes, septiembre 18, 2006

HOY LUNES 18 DE SEPTIEMBRE EN EXEDRA



Esta noche en Exedra
7:00 p.m.
Haga click en la imágen para mayor información

martes, septiembre 12, 2006

¡Regresamos!

ULTIMA HORA
Apoya el Ier Encuentro Nacional de Escritores, Críticos y Lectores.
Para mayor información, contactar a la Asociación de Escritores de Panamá: http://www.escritorespanama.com/

PROGRAMA
Martes, 26 de septiembre
Paraninfo de la Universidad de Panamá
6:30 p.m. - 9:00 p.m.

ACTO INAUGURAL
BIENVENIDA E INAUGURACIÓN
Dr. Gustavo García de Paredes
Rector de la Universidad de Panamá

CONFERENCIA MAGISTRAL
ENIGMA Y DESAFÍO EN LA LITERATURA PANAMEÑA CONTEMPORÁNEA
Enrique Jaramillo Levi

ORQUESTA DE CÁMARA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

Si desea el programa completo de la actividad, escríbanos a

lahoja@gmail.com


Estimados Lectores:


Los últimos meses han sido un largo e interminable desfile de presentaciones, funciones sociales, cine extranjero y demás actividades. Sin embargo, no es excusa suficiente, ni justifica que haya abandonado la hoja (a Uds.), por tantas semanas.
Aprovecho este paréntesis para invitarles, más bien rogarles, nos envíen sus textos. La hoja es suya, de Ustedes para Uds. Sin sus textos perdemos la voz y el color; perdemos sabor.
Tuve, durante esta ausencia, la oportunidad de leer la más reciente obra de Gloria Melania Rodríguez, "Cartas al Editor", y ¡no alcanzan mis brazos para cargar tantas flores! Los relatos, que oscilan entre lo cotidiano y lo fantástico, son pulcros al extremo de antisépticos y aquí es donde radica la belleza de su arte: Gloria es capaz de ocultarse detrás de cualquier ser. Ella es, puede ser, cualquiera de sus personajes. Se les mete debajo de la piel y se mimetiza con sus vivencias, les toma prestadas las voces y habla a través de ellos...¿o los personajes roban la voz a la autora?
Les recomiendo vuelen a la libería Exedra y compren su copia de "Cartas al Editor." Mientras hacen el mandado, les dejo con un cuento de José Luis Rodríguez Pittí, joven escritor panameño que gusta de la tertulia y las buenas letras.
Film noir
de José L. Rodríguez Pittí

Vestido con gabán y sombrero negro, a lo Dick Tracy, me persiguió por varias cuadras. La oscuridad de la noche era rota por la dura luz de las luminarias, que sólo había en las esquinas. De las alcantarillas de las calles, extrañamente vacías, salía un vapor artificial como ese que ponen abundante en casi todas las escenas de los film noir.


Entré a un callejón y llegué a un edificio oscuro y alto. Raudo subí por la escalera metálica exterior. Ensayé inútilmente puertas y ventanas, hasta que una se abrió sin mucho esfuerzo, en el cuarto o quizás el quinto piso. Traspasé el vano sin siquiera asomarme.


Era una gran sala, completamente vacía, sin otra abertura por la cual entrar o salir más que aquella ventana y una gran puerta, asegurada desde afuera, por la rendija de la cual se colaba la única luz que entraba al recinto. Me encogí instintivamente en la esquina más apartada, esperando no haber sido visto. Silencioso. Inmóvil.


Súbitamente, la puerta se abrió de un tirón y entró él, imponente figura oscura iluminada por detrás. De rasgos afilados, tono lánguido, casi gris. El bulto cerca de la axila delataba un arma.

―Finalmente te tengo ―me dijo seco―. Despídete ya de toda esperanza.

―Olvidas que este aún es mi sueño ―alcancé a murmurar mientras me incorporaba.

En mi mano apareció de pronto un revolver enorme. Lo liquidé sin asco antes de despertar.



José Luis Rodríguez Pittí * Todos los derechos reservados